MS Hoteles, cadena andaluza con una firme apuesta por un turismo de calidad y excelencia. Le ofrecemos seis establecimientos repartidos entre La Costa del Sol, Málaga capital, el municipio cordobés de Cabra donde encontrará tanto una oferta para eventos y celebraciones, congresos y convenciones, como para el descanso y el relax que ofrece el turismo de sol y playa, el turismo familiar, cultural y como no el turismo deportivo donde en el Golf encuentra una de sus ofertas mas destacadas.
Después de toda una vida trabajando en la hostelería, Miguel Sánchez tiene esta lección bien aprendida. Ya se la sabía, de hecho, cuando abrió su primer establecimiento, en 1987. Y es que para entonces ya había trabajado durante 25 años en el ramo. «Me fui del Hotel Alay de Benalmádena para montar mi propio negocio. Decidí que ya había llegado el momento», rememora el empresario.
Sánchez inició su andadura como hotelero tomando en gestión algunos establecimientos turísticos, entre ellos el aparthotel Aguamarina (que ahora está anexo al Amaragua, en Torremolinos) y los apartamentos Alay. La crisis de 1993 llegó en pleno despegue de su negocio, frustrando su expansión temporalmente. «Fueron unos años muy difíciles porque el turismo vacacional cayó mucho en la Costa del Sol. Salimos descapitalizados de aquello y tuvimos que parar la proyección que empezaba a tener MS Hoteles. Estuvimos sin crecer hasta 1995, pero conseguimos superar la crisis», recuerda el empresario, que destaca la «fe» que siempre ha tenido en su equipo de colaboradores para encontrar soluciones a los problemas que ha encontrado por el camino.
Amaragua, el emblema
En cuanto pudo, Miguel Sánchez retomó sus proyectos de crecimiento, comprando en 1995 el Hotel Amaragua y en 1996 el establecimiento anexo, que se llamaba Jorge V. «En 1998 iniciamos la reforma de ambos para crear el magnífico hotel que hoy tenemos», indica. Más de 750 millones de las antiguas pesetas se invirtieron para unificar sus instalaciones y elevarlas a la categoría de cuatro estrellas, la que Sánchez quiere para todos los hoteles de su cadena. Un tipo de alojamiento dirigido a una clientela de nivel adquisitivo medio-alto que busca sol y playa, pero en un ambiente tranquilo y cómodo.
Para el empresario malagueño, la clave de su éxito reside precisamente en haber conservado un concepto hotelero clásico, sin hacer caso de modas o tendencias como la del low cost. «Siempre nos hemos mantenido fieles a nuestras ideas, manteniendo el servicio, la calidad y la satisfacción de cliente. Y gozamos de unos porcentajes de fidelidad del cliente cada vez más altos», presume.
Expansión
Pero ser constantes en cuanto a estándares de calidad y servicio no ha sido óbice para aventurarse fuera de la Costa del Sol y probar otros segmentos turísticos. Así, la cadena MS cuenta con el Hotel Maestranza en la capital malagueña, orientado tanto a visitas de negocios como culturales. También explota sendos establecimientos en Cabra y Lucena e incluso se ha atrevido a cruzar el charco, tomando en gestión un alojamiento en Costa Rica. Asimismo, se hizo con la gestión del Cala Mijas, el hotel asociado al CIO (Centro Andaluz de Formación Integral de las Industrias del Ocio), en unión temporal de empresas con el Grupo DGT.
Con siete establecimientos, 1.800 plazas hoteleras y una plantilla que oscila entre 250 y 300 empleados, MS Hoteles encara la actual crisis económica con prudencia, pero también con solvencia. «Confiamos plenamente en el mercado nacional y europeo, aunque es verdad que el Reino Unido está muy tocado», apunta su fundador. Los dos proyectos que barajaba para este año uno en Andalucía y otro en el extranjero tendrán que esperar. «El que quizá reactivemos antes sea el internacional», añade. Sánchez no duda en afirmar que la salud del destino Costa del Sol es «magnífica». «El incremento de plazas hoteleras de calidad y el crecimiento del aeropuerto, que proporciona conexiones con toda Europa a precios asequibles, nos sitúa en una posición muy ventajosa», concluye.
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