Políticas Smart para la desestacionalización del turismo
Una problemática con la que se enfrentan muchas zonas o municipios en los que el turismo es uno de los motores principales de la economía es la estacionalidad del turismo que se traduce en estacionalidad del empleo y de la población, generando inestabilidad y problemas de dimensionamiento de servicios. Una estrategia de desestacionalización y transformación en destino turístico inteligente permitirá a estos territorios y municipios reactivar su actividad durante todo el año. Con una mejor gestión de los recursos, el impulso de sus activos y la promoción de las actividades turísticas de valor añadido, estos territorios son capaces de generar un mayor atractivo tanto para los visitantes como para los posibles inversores.
Introducción
El turismo es uno de los principales motores de la economía Española y de la economía local de muchos municipios del país. Tanto a nivel nacional como local el turismo en España padece de una elevada estacionalidad. En el ámbito local, esta estacionalidad está especialmente marcada en aquellas zonas en que el principal activo de atracción turística está asociado a una época del año específica como es el caso de las zonas de costa o las cercanas a las pistas de esquí.
En el ámbito nacional, la distribución de turistas a lo largo del año cuenta con una mayor afluencia en verano. Como se puede apreciar en el gráfico siguiente, en el caso del turismo interior esta estacionalidad no es tan marcado como en el caso del turismo exterior.
Si bien se ha comentado que las zonas con una mayor estacionalidad turística serían, en general, las zonas donde las actividades turísticas son dependientes de las temperaturas, como lo son destinos de costa o de esquí, en otros tipos de zonas turísticas también se puede producir estacionalidad. Un caso es el del turismo rural, que a pesar de no estar tan influenciado por las temperaturas, se ve afectado por un tipo distinto de estacionalidad, con una curva oscilante, el cual se puede apreciar en la figura siguiente.
En esta figura, del Barómetro del Turismo Rural en España (Club Rural, 2015), se observa como la estacionalidad del turismo rural produce picos de viajes en vacaciones de Semana Santa y el Puente de Mayo. El resto del año, se mantienen estables los fines de semana, aunque empiezan a aumentar las ocupaciones en el mes de junio, sobre todo a finales, coincidiendo con las vacaciones escolares.
Las repercusiones de la estacionalidad del turismo
La estacionalidad en el turismo, deriva en fuertes problemáticas como son la estacionalidad del empleo, de la población habitante en la zona y los consecuentes problemas en el dimensionamiento de los servicios tanto turísticos como urbanos.
La estacionalidad del empleo genera inestabilidad en los residentes y en los negocios del municipio. En primera instancia en aquellos negocios directamente vinculados al turismo, que en muchos casos incluso cesan de funcionar en temporada baja. En segunda instancia afecta a otros negocios que esta vinculados de manera indirecta o que se ven influenciados por los cambios en el número de habitantes que padece el municipio a lo largo del año.
Otro aspecto que suele tener lugar en los destinos turísticos con elevada estacionalidad es una diferencia de población entre los meses de afluencia turística y el resto del año. Se dan incluso casos en los que un municipio duplica el número de habitantes en los meses de temporada alta. Es por ese motivo que resulta una imagen habitual ver los destinos de costa con los barrios de apartamentos prácticamente vacíos durante los meses de invierno. Además, este hecho influencia el nivel de actividad ciudadana en el municipio, ya que normalmente en temporada baja se organizan menos eventos y hay menor afluencia de gente en los espacios públicos que en temporada alta.
Estas diferencias en la población del municipio desencadenan dificultades en el dimensionamiento de los servicios turísticos y urbanos que se ven saturados en temporada alta y sobre-dimensionados para la población residente todo el año. En el caso de los servicios turísticos muchos se adaptan a esta estacionalidad cerrando en las épocas de baja afluencia, incrementando de esta manera la percepción de baja actividad del municipio y la estacionalidad del empleo.
El concepto de Destino Turístico Inteligente
Según la definición de SEGITTUR un Destino Turístico Inteligente (DTI) es “Un destino turístico innovador, consolidado sobre una infraestructura tecnológica de vanguardia, que garantiza el desarrollo sostenible del territorio turístico, accesible para todos, que facilita la interacción e integración del visitante con el entorno e incrementa la calidad de su experiencia en el destino.” De alguna manera los ejes que definen los DTI son paralelos a los que definen el concepto de las ciudades inteligentes en el sentido que se potencia la sostenibilidad del entorno, y la interacción, aunque en este caso se aplica al turista en vez del ciudadano. A través del uso de las nuevas tecnologías y del paradigma de las ciudades inteligentes, aplicado al ámbito del turismo y con el turista como foco, los municipios o zonas turísticas pueden convertirse en destinos turísticos inteligentes.
Es de relevancia destacar que en la convocatoria de ayudas para el desarrollo del programa de Islas Inteligentes de la Agenda Digital para España, Red.es evalúa como estratégicamente relevante actuar con la aplicación del paradigma “smart” en los destinos turísticos. Estos, se explica, ilustran como pocos la amplitud y complejidad del concepto ya que los límites geográficos del territorio pueden coincidir o no con los de una ciudad (Costa del Sol, Camino de Santiago, etc.), sus acciones tienen como objetivo al turista y la mejora de su experiencia, no el territorio y finalmente, la interacción con el turista va más allá de su estancia en la ciudad.
Un turismo ‘smart’ para reducir la estacionalidad
Las herramientas que brinda el paradigma smart, con el desarrollo de Destinos Turísticos Inteligentes, pueden ser palancas de trasformación cruciales para ejecutar con éxito una estrategia de desestacionalización del turismo.
Además de reducir la estacionalidad, con las estrategias y las palancas que se proponen en este documento se consiguen dos objetivos adicionales que potencian la estrategia aumentando el impacto positivo del turismo y el valor que aporta al territorio.
Claves para el aumento del turismo fuera de temporada
El primer aspecto clave consiste en apalancar los activos del municipio que pueden ser de interés para los turistas en épocas del año fuera de temporada alta.
Por ejemplo en el caso de los destinos de costa en los que se intenta atraer turismo en los meses de otoño, primavera e invierno se podrían potenciar activos como:
- Zonas para práctica de deportes: una zona montañosa ideal para el ciclismo, pistas de golf o un río en el que se puede practicar rafting o deportes de agua
- Activos culturales: museos, ruinas, iglesias, y otros elementos culturales de interés
- Viñas y bodegas
- Fiestas culturales reconocidas o distintivas
- Patrimonio natural del entorno: miradores, rutas de senderismo o cuevas.
Estos activos, que para cada municipio son distintos, con una potente estrategia de promoción y dinamización, pueden convertirse en polos de atracción de turismo. Dado que no requieren del mismo tipo de climatología que el activo turístico principal, que en el caso de estos ejemplos sería el turismo de verano de “sol y playa”, se convierten en puntos de atracción para los visitantes durante el resto del año.
La mayoría de municipios ya dispone en la actualidad de estos activos si bien en muchos casos, necesitan aún de una estrategia con la que aprovechar su potencial.
Adicionalmente, y a la vez relacionado con el punto anterior, el segundo aspecto clave es mejorar la interacción con el visitante. En este aspecto las nuevas tecnologías son una herramienta muy potente. A través de plataformas digitales y el uso de las redes sociales es posible incrementar la interacción con el visitante antes, durante y después de su visita de manera que se le puede comunicar información personalizada para atraerle a visitar el municipio en temporada baja, ofrecerle la mejor experiencia posible durante su visita e incluso convencerle para que repita en un futuro.
A través de las nuevas actividades desarrolladas así como de la manera de comunicarlas a los potenciales visitantes el destino turístico puede focalizar mejor el público al que atrae al municipio incrementando de esta manera el valor añadido del turismo.
Finalmente, al ampliar la distribución territorial del turismo se consiguen dos ventajas en paralelo. Por una parte se reduce la presión en los puntos de mayor afluencia turística a la vez que se aumenta el número global de turistas. Una mejor distribución genera una percepción del turismo más positiva por parte de los residentes y brinda una mejor experiencia a los visitantes. Por otra parte, se amplía el alcance territorial del impacto económico creándose nuevos negocios derivados del turismo en puntos no tradicionalmente turísticos del municipio o el aumento de la afluencia en negocios existentes en estas zonas como pueden ser restauración y comercios.
Conclusiones
La aplicación del paradigma ‘smart’ y las herramientas que brindan las nuevas tecnologías, en coordinación con una potente estrategia de des-estacionalización que potencie los activos existentes de la zona y mejore la interacción con los visitantes son las claves que pueden llevar a un destino turístico a reducir su estacionalidad, incrementar su valor añadido así como ampliar el impacto territorial y estacional del turismo convirtiéndose en un Destino Turístico Inteligente.
Nuestras abuelas han anticipado esto, y también saben cómo lidiar con el estrés, ¡este mal generacional!
ResponderEliminar¡Es el mejor ansiolítico! No tenga miedo de instalar ramos de lavanda por toda su casa y huélalos a la primera señal de ansiedad. http://pleasantmountpress.com/
Gracias, lo tendremos en cuenta
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