A los 65 años, Rufino Calero cambió la jubilación por volver a empezar. Aún estaba fresca la venta de Tryp a Meliá, cuando Calero y sus cuatro hijos pusieron en marcha Vincci Hoteles, una cadena orientada al segmento urbano y vacacional con establecimientos de cuatro y cinco estrellas. Inicialmente, el proyecto partía con ventaja. En 2001, Calero tenía experiencia, un capital económico importante -recibió 60 millones por su porcentaje en Tryp y un paquete de acciones de Meliá que vendió en 2007 por un importe similar- y un equipo fiel, dispuesto a sumarse a la aventura. Nada que ver con 1961, cuando compró su primer hotel en Zaragoza. O con las noches en recepción, cuando el patriarca y su familia terminaban durmiendo en el hall para ceder su habitación a un cliente ante un imprevisto.
Con lo que no contaba la familia Calero era con una crisis económica que afectó de lleno a los hoteles urbanos, más dependientes del cliente nacional, y en muchos casos con elevados contratos de alquiler fijo. "Vincci fue más fácil que Tryp en sus inicios. Contábamos con un respaldo económico que nos facilitó coger muchos hoteles y con un apellido, conocido, que te abría puertas. Crecimos muy rápido y, de repente, en 2007 llega el parón y empiezas a sufrir y ver que todo lo que has construido se va. El comienzo fue sencillo, pero hemos atravesado momentos complicados hasta lograr la estabilidad que tenemos ahora", explica Rafael Calero, director general de la zona sur, que aglutina los hoteles de Andalucía, Canarias y Portugal.
Superada la crisis, y envueltos en un boom turístico sin precedentes en España, la familia Calero mantiene inalterados los ejes del proyecto Vincci: una cadena de tamaño mediano -para no morir de éxito y porque es más fácil de gestionar- y, sobre todo, mucha atención al cliente. Carlos Calero, director general y consejero delegado del grupo, destaca que "no es una cuestión de número, sino de raciocinio. El sector hotelero vuelve a estar en el punto de mira inmobiliario y empieza a dar miedo lo que se ve. ¿Qué llega la oportunidad de tener un hotel más en la Gran Vía de Madrid? Perfecto. Pero crecer en una ciudad donde no estemos cómodos sólo por crecer está descartado".
Vincci, que actualmente gestiona 39 hoteles -30 en España- y facturó 136,6 millones de euros el pasado ejercicio, apunta a una horquilla de entre 55 y 65 establecimientos, repartidos al 50% entre contratos de alquiler y gestión, y hoteles en propiedad. Y bajo la premisa de ofrecer un elevado nivel de calidad en sus establecimientos, ya sean urbanos o vacacionales.
España, Portugal y Túnez son los tres países en los que opera Vincci. Ahora, la prioridad es dar un impulso a la diversificación geográfica. "Durante muchos años, las cadenas españolas miraron hacia fuera y ninguna hacia las posibilidades en el mercado doméstico. Nosotros lo hemos hecho al revés. Primero había que afianzar la marca y consolidarnos en el mercado de origen. Ahora estamos perfectamente capacitados para salir a cualquier país", subraya Carlos Calero.
Las principales capitales europeas, con Londres y París a la cabeza, son el objetivo. También regresar a Estados Unidos, donde Vincci gestionó un hotel a 150 metros del Empire State (Nueva York) y llegó a tener presencia en California y Miami. Asimismo, la familia Calero sigue de cerca Cuba, país donde ya operaron con Tryp durante 15 años. "La apertura al exterior es algo que ya estábamos demandando como hoteleros, pero de ahí a que sea completa... Tengo mis interrogantes", subraya el patriarca y presidente. Su hijo Miguel Ángel, director general de la zona norte, alude por su parte a la complejidad de gestionar hoteles en la isla: "Lo haces a través de sociedad mixtas con empresas locales y se involucran mucho". El resultado es que "ganas lo que ellos quieren que ganes", matiza Carlos Calero, que se inclina por Riviera Maya antes que Cuba.
Del otro lado de la balanza, el tono es esperanzador al hablar de Túnez, donde Vincci opera seis hoteles y es el único representante español junto a Iberostar -RIU salió en 2016- y donde el turismo se ha visto afectado por el terrorismo. "Todos estamos expuestos, somos un sector de servicios y cualquier cosa influye en positivo o negativo. Túnez tiene una gran capacidad de recuperación y les seguiremos apoyando", destaca Miguel Ángel Calero, que supervisa el negocio en el país.
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